Control de la "vida útil" del biodiésel - Análisis de bacterias, hongos y moho


El uso de biodiésel y mezclas de biodiésel es cada vez más frecuente en el mercado. Su aplicación es sencilla, ya que estos combustibles se adaptan a los sistemas de combustible existentes sin apenas afectar al rendimiento.

Pero el biodiésel no está exento de problemas. Son propensos a la proliferación biológica y pueden necesitar un tratamiento especial para un rendimiento óptimo en climas fríos. Las pruebas periódicas pueden ayudar a detectar problemas antes de que se desarrollen y obstruyan los filtros de combustible.

El biodiésel y las mezclas de biodiésel son una fuente natural de alimento para el crecimiento biológico. La contaminación del agua es una preocupación para cualquier combustible porque, además de corroer el tanque de almacenamiento, el agua también ayuda al crecimiento microbiano. Se recomienda analizar regularmente el combustible en busca de bacterias, hongos y moho, así como controlar el contenido de agua, para saber cuándo es necesario un tratamiento.

Las pruebas son aún más importantes a medida que se acercan los meses más fríos del invierno. Las temperaturas invernales pueden descender por debajo de los puntos de turbidez y fluidez del combustible, lo que provoca la formación de cristales de cera que obstruyen el filtro. El biodiésel y las mezclas de biodiésel tienen naturalmente un punto de fluidez más alto que el combustible diésel #1 y #2, lo que significa que podrían presentar problemas de clima frío antes. Afortunadamente, existen aditivos que pueden reducir el punto de turbidez y el punto de fluidez si se detecta un problema.

POLARIS Laboratories® recomienda comprobar los depósitos de combustible a granel cada tres meses para estar al tanto de los problemas de obstrucción de los filtros. Pruebas periódicas le ayudará a saber cuándo debe tratar el combustible antes de que los problemas se agraven.

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